Por Carlos Figueredo | CEO – Open Vector Limited
La iniciativa de Open Banking, que comenzó en Reino Unido en el 2016, ya es una realidad en LATAM. Esa realidad es evidente en su implementación en países como México con su Open Finance, en Brasil donde ya existen las estructuras necesarias para la implementación de un roadmap para el 2021, el anuncio de la semana pasada en Colombia donde oficialmente la Unidad de Regulación Financiera (URF) publicó un documento de trabajo relacionado con esta tendencia en ese país, y en Chile donde el Ministerio de Finanzas esta trabajando en una ley de Fintech y Open Banking. Pero, ¿qué nos espera en el 2021 con respecto a esta tendencia en la región?
Empecemos con los retos. Los dos retos más relevantes para el 2021 son:
1) Falta de educación/sensibilización uniforme acerca de qué es Open Banking, la oportunidad que brinda y los pasos a seguir para su adopción.
2) Consultoras de todo tamaño y empresas tecnológicas vendiendo productos y servicios sin tener verdadera experiencia en Open Banking.
¿Por qué este último punto es importante?
Estos dos retos están directamente relacionados uno con el otro, ya que el movimiento de Open Banking no es simplemente otro proyecto. Está tendencia tiene la oportunidad de revolucionar/evolucionar al Sector Financiero como ninguna otra iniciativa.
Debido al cambio cultural que Open Banking requiere, es necesario romper las estructuras bancarias tradicionales siempre y cuando exista un entendimiento en los fundamentos de esta iniciativa, de qué se trata, cómo abordarlo y comercializarlo, y es por eso, que se necesita de un fuerte entendimiento del tema en cada país, y en cada institución antes de abordar en cambios técnicos y estructurales.
Con respecto a lo positivo, el 2021 nos traerá la aceleración en el número de países que inicien los primeros pasos para implementar Open Banking.
Esto es importante debido a todos los beneficios que esta iniciativa traerá, principalmente en la creación de nuevos productos y servicios al consumidor bancarizado y no bancarizado, además de los beneficios indirectos como la reducción del uso de efectivo resultando en la reducción de corrupción y otros problemas sociales que el efectivo permite.
LATAM se posicionará aún más en el mercado internacional una vez que Brasil y Colombia concluyan sus primeras fases de Open Banking. Estos pasos regulatorios que la iniciativa establece, incrementarán la confianza en inversión extranjera.
El interés de inversionistas en LATAM seguirá creciendo aún con el COVID-19 presente. América Latina, ha mostrado que tiene la capacidad de ser una mini fábrica de unicornios tecnológicos que seguirán presentándose y compitiendo en el mercado internacional.
Lo otro que veremos en el 2021, es un incremento en el interés y la participación de otros sectores en el movimiento de Open Finance. Esto incrementará el número de soluciones de pagos, pero con aspectos más customizables para el consumidor. La combinación de nuevos sectores y formas de pagos más sofisticadas nos traerá el próximo aspecto importante en el 2021; el avance y ofrecimiento de Personal Finance Managers (PFM) que empiecen a consolidar información financiera y de otros sectores (seguros, inversiones, etc.) que permitan generar un perfil del consumidor mucho más preciso.
Seguiremos viendo la incursión de las “Big Techs” en Open Banking y Open Finance a través de productos y servicios aún más relevantes al consumidor de hoy que requiere de acceso fácil, barato e inmediato sin interesarle que no sea de una institución financiera tradicional.
Y finalmente, veremos como Open Banking y Open Finance empezarán a cautivar el interés del mundo corporativo, gracias a los beneficios que aportan estas dos iniciativas. Los corporativos están entendiendo la necesidad de también ser más “Customer Centric”, empezando por sus propios empleados y como ellos navegan internamente con sus plataformas de servicios.
En resumen, el movimiento de Open Banking y de Open Finance es más que una realidad. Es el futuro de nuestros clientes y la oportunidad de ofrecer productos y servicios a personas que antes no tenían acceso a servicios financieros. Por eso, 2021 será un año de grandes oportunidades para aquellas empresas (y países) que entiendan que éste es el momento de participar de esta revolución.