El mercado actual no para de crecer, cada día surgen nuevas ideas de negocio, nuevas empresas, que hacen que la competitividad aumente. Quienes tienen una compañía establecida se ven amenazados y acorralados por aquellos que apenas están iniciando. No saben qué acciones tomar y se preguntan: ¿cómo mantenerse en un mercado que cambia con tanta frecuencia? ¿Cómo se puede seguir marcando la diferencia? La respuesta está en la innovación. Crea y mejora tus productos, implementa tecnologías, modifica tus estrategias, adapta tus campañas a las necesidades que nacen a diario, haz hasta lo imposible por mantener a tus clientes fidelizados y llegar a nuevos.
La innovación debe ser entendida como el motor de toda organización, pues esta impulsa su transformación y crecimiento y le ayuda a enfrentar los desafíos del futuro. A través de ella se deben aprovechar los recursos, para obtener mayores beneficios económicos, sociales y reputacionales, pero ¿cómo se empieza a innovar? El primer paso es indagar y estar a la vanguardia de las tendencias actuales, lo cual implica conocer las preferencias del momento de los clientes, comprender las necesidades del mercado y entender a la competencia directa. Además, es importante utilizar herramientas que permitan optimizar los procesos, ofrecer nuevos productos o servicios y posicionarse de manera estratégica en el mercado. Esto traería como resultado mejores retornos a través de la producción de productos y servicios diferenciados y el uso de procesos más eficientes.
En Latinoamérica, la innovación presentaba cierto retraso con respecto a otras regiones del mundo, pues su inversión era de apenas el 0,8% de su PIB. Sin embargo, una pandemia sin precedentes obligó a los países latinos a desplegar todo su potencial en materia de ciencia, innovación y tecnología. Las empresas se vieron tan afectadas que tuvieron que adoptar nuevos métodos digitales, para poder llegar a sus consumidores de manera remota. Fue así como la cultura organizacional se empezó a adaptar a una nueva normalidad.
El confinamiento aceleró el uso de la tecnología e impulsó la innovación. En la región, la digitalización se hizo más incidente a diario y empezó a hacer empleada en un 36% por las empresas en diversas actividades, como la gestión con clientes, el control y seguimiento de pedidos, el servicio de soporte de ventas y la investigación y desarrollo. Trayendo grandes beneficios de productividad, eficiencia y competitividad para sus modelos de negocio.
Ahora que estamos inmersos en una era digital, sabemos que los hábitos de consumo y el mercado seguirán cambiando. ¿Qué nos esperará a futuro? Muchas organizaciones ya tienen pensado lo que quieren implementar para seguir afrontando y superando retos. En Ecuador, por ejemplo, de acuerdo a una encuesta hecha por Ernst & Young en el 2020, el 73% de las empresas planean implementar Big Data, el 69% Cloud Computing, el 44% Inteligencia Artificial y Machine Learning, el 41% Robotic Processes Automation (RPA), el 28% Internet de las Cosas, el 17% Blockchain y el 11% Realidad Virtual Aumentada.
Estas tendencias tecnológicas son claves para las metodologías de innovación que se quieran aplicar, sin embargo, esto no se alcanzará de la noche a la mañana, primero se necesita desarrollar una cultura de innovación. Aquí te presentamos unas claves que te ayudarán a hacerlo:
¿Cómo desarrollar una cultura de innovación?
1. Emplea metodologías de innovación sencillas y potentes que pueda utilizar cualquier equipo de la organización. Un trabajo eficiente depende de herramientas y procesos adecuados que ayuden a despertar la creatividad y a hacer las ideas realidad.
2. Crea equipos especialistas en metodologías de innovación específicas. La presencia de empleados con la misión de crear vías de mejora o nuevas propuestas que lanzar al mercado, permitirá la superación de desafíos tecnológicos, operativos y de cara al cliente objetivo.
3. Incorpora herramientas que permitan ir del prototipo al producto o servicio final. Esto depende del grado de incertidumbre y madurez del proyecto que estés abordando, pero es importante incluir siempre prototipos con la mayor cantidad de detalles posibles, sin desperdiciar recursos.
4. Adopta metodologías ágiles y particularizarlas a cada equipo. Estas requieren la adaptación de todos los colaboradores, pues les facilita movimientos rápidos y eficientes. Además, garantiza una retroalimentación continua tanto del contenido como de la forma de trabajar del equipo, promoviendo su autogestión e impulsando la motivación de sus miembros.
5. Construye equipos de proyecto heterogéneos formados por negocio, operación, cliente e IT. La innovación no se implementará por sí sola, esta debe trabajarse en conjunto, para asegurar que cada iniciativa realizada apunte a los objetivos globales de la organización. En este punto, cada miembro debe aportar una visión y experiencia distintas y complementarias que al final se unirán para formar una sola.
¿Estás listo para empezar a innovar?
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